Trasplante de Donante Vivo pediátrico en Hígado y Riñón

Actualmente en el mundo de los trasplantes (particularmente en Colombia), se viene presentando un fenómeno que pone en riesgo la vida de las personas que requieren de un órgano para trasplante y es la disminución en el número de donantes. Según datos del instituto Nacional de Salud, el número de donantes de órganos en Colombia disminuyó desde el año 2010 de manera gradual. A pesar de la múltiples campañas que tratan de incentivar la donación, actualmente la cifra esta alrededor de 8 donantes por millón. Las causas de la disminución de la donación en Colombia no son claras, pero han influido factores relacionados con la disminución de muertes violentas así como factores culturales por falsas leyendas urbanas que mencionan el tráfico ilícito de órganos en nuestro país.

Los programas de trasplante de órganos utilizan normalmente donantes cadavéricos, los cuales se encuentran en las unidades de cuidados intensivos con diagnóstico de muerte cerebral. Se inicia entonces un proceso de donación coordinado por un grupo de médicos especialistas en procuración de órganos. En estos casos el tiempo disponible para lograr la donación, el estudio adecuado del potencial donante y la extracción efectiva del órgano es muy limitado, ya que a pesar de todos los esfuerzos que puedan hacerse, el donante hará parada cardiaca de manera inevitable y ya no podrá ser usado porque los órganos estarán sin perfusión de sangre y habrá daño irreversible.

En vista de la disminución de los donantes de órganos, muchos programas en el mundo han recurrido a estrategias que buscan suplir ese menor número de órganos, una de estas estrategias es el uso de donantes vivos, ampliamente usada especialmente en riñón y en hígado.

Básicamente un programa con donante vivo permite impactar en tres aspectos: